Poder cocinar en cualquier lugar y momento es algo imprescindible para todo el mundo; con las nuevas tecnologías se está simplificando el transporte de calor o de combustible que dará la energía necesaria para cocinar en todo tipo de circunstancias.
Los hornillos de camping gas siempre han estado ahí, dispuestos para salir de acampada o proporcionar fuego en una barbacoa campera o una calçotada en el jardín. Pero ahora esta modalidad de fogones, que funciona con gas licuado, ha conseguido una nueva y paradójica relevancia: ¿y si un día, por el motivo que sea, nos quedamos momentáneamente sin gas?
No debemos preocuparnos, siempre que tengamos guardado un hornillo de camping gas y los correspondientes cartuchos de carga de gas licuado.
Basta con conectar el cartucho de gas licuado, siguiendo las instrucciones del hornillo, como si se tratara del cargador de un mechero, aplicar el cierre de seguridad y encender la espita, como si se tratara de un fogón común y corriente.
Es un sustituto perfecto en caso de emergencia, aguantan un guiso de 30/45 minutos perfectamente, y no digamos varias tortillas o un bife.